MEDIOAMBIENTE
Fondea en arena
La posidonia oceanica forma praderas submarinas que tienen una notable importancia. Constituye la comunidad clímax del mar Mediterráneo y ejerce una considerable labor en la protección de la línea de costa de la erosión. Dentro de ellas viven muchos organismos animales y vegetales que encuentran en las praderas alimento y protección. Se la considera un buen bioindicador de la calidad de las aguas marinas costeras.
Respeta el ecosistema
El concepto de ecosistemas, que comenzó a desarrollarse entre 1920 y 1930, tiene en cuenta las complejas interacciones entre los organismos que forman la comunidad (biocenosis) y los flujos de energía y materiales que la atraviesan. Este término fue acuñado por Roy Clapham y engloba no solo estas relaciones entre los diferentes seres vivos sino también, cómo estos interactúan con su entorno.
Un ejemplo de este tipo de interacciones es la cadena trófica o alimenticia, es decir, el proceso de transferencia de alimento de un organismo a otro. La cadena trófica nos muestra las relaciones alimenticias entre los seres vivos y en ella se establece qué animal se come a quién.
La cadena trófica está formada por tres grupos: los productores, que hace referencia a las plantas capaces de generar su propio alimento; los consumidores primarios, que son los animales carnívoros cuya alimentación depende de otros: y, por último, los descomponedores, que se alimentan de organismos que se descomponen hasta que pasan a formar parte del suelo.
Todos los seres vivos que intervienen en la cadena trófica son interdependientes, es decir, dependen unos de otros hasta el punto de conformar cierto equilibrio. La alteración o ruptura de algunos de estos niveles pueden provocar daños ecológicos tan graves como la desaparición de determinadas especies.
Tipos de ecosistemas
Desde 1992, los ecosistemas han adquirido especial relevancia gracias al Convenio sobre la Diversidad Biológica ratificado por más de 175 países del mundo. En este marco establece el compromiso de los firmantes en la protección y conservación de los ecosistemas y hábitats naturales.
Los diferentes ecosistemas se clasifican de forma general en:
Ecosistemas terrestres: albergan el 30% de la superficie de la Tierra y son aquellos en los que las especies de plantas y animales se desarrollan en el suelo.
Ecosistemas acuáticos: su característica principal es la presencia de agua que puede ser dulce (lagos, ríos, estanques…) o salada (océanos, mares, arrecifes…).
Ecosistemas mixtos: están compuestos tanto por la presencia de tierra como de agua. Estos entornos albergan una gran diversidad biológica por sus características. Entre los más destacados nos encontramos los manglares, las marismas o los humedales.